La soledad en Dostoievski y Hesse

Noches blancas de F. Dostoievski y El lobo estepario de H. Hesse
A ti, que me enseñaste a vivir más allá de la soledad. Gracias.
Y UNO SE PREGUNTA: ¿HAS VIVIDO O NO?
¿Y ya con qué voy a soñar, cuando he sido tan feliz despierto?
Dostoievski
La soledad: abismo indescifrable para muchos, refugio para pocos. Escribe Jung que la soledad "no llega por no tener personas a tu alrededor, sino por no poder comunicar las cosas que te parecen importantes a ti", esto es, la soledad no es solo un aislamiento no deseado, sino que también se encuentra presente en la compañía, pues que estés rodeado de personas no significa necesariamente que te sientas acompañado. La soledad no es estática, sino que se trata de un proceso cambiante a lo largo de la vida de una persona: habrá momentos en los que la soledad sea un infierno y otros en los que sea el paraíso. Los protagonistas de El lobo estepario de Hermann Hesse y de Noches blancas de Dostoievski se hallan envueltos precisamente en una soledad profunda; ambos vivirán acontecimientos en sus vidas que les hará replantearse si realmente están viviendo o no.
HARRY HALLER Y UN JOVEN SOLITARIO
Harry Haller pasa su tiempo leyendo innumerables libros y bebiendo vino. Es una persona asocial y vive obsesionado por sus pensamientos, casi siempre inmerso en ellos, en la soledad de su cuarto. Una noche, paseando por la calle, se descubre preso de sí mismo y se pregunta si acaso no es mejor morir a tener una vida como la suya. Pero en ese mismo instante conoce a Hermine, una mujer que disfruta de una vida hedonista, y desde ese momento comienzan a verse más a menudo. Hermine le enseña a Harry a vivir, a bailar, a no vivir con tanto peso.
Por su parte, el protagonista de Noches blancas, otro ser solitario sin nombre, vive inmerso en sus mundos imaginarios. Apenas ha conversado alguna vez con una persona y le gusta observar a los demás durante sus largos paseos, explorando sus fantasías, pero siempre en un estado de tristeza. En una noche blanca conoce a Nástenka, con la cual entabla una conversación duradera; ambos confiesan la historia de su vida y por primera vez nuestro protagonista se siente pleno, se siente vivo. Aunque las cosas no salen como él espera, se siente agradecido de haber podido vivir, aunque por un instante, "despierto".
En ambas obras se plantea la pregunta de hasta qué punto la soledad te aleja de la vida o, si se prefiere, hasta qué punto la soledad es vida. Esta dualidad, la de sueño-realidad está muy presente en todo momento y ambos autores, amantes y a la vez víctimas de la soledad, describen los peligros que puede entrañar una soledad desmedida.
EL JUEGO, LA RISA
¡Aprenda a tomar en serio lo que es digno de que se tome en serio y ríase usted de lo demás!
Hesse
La vida de Harry Haller cambia completamente tras conocer a Hermine. Así ocurre también con el joven solitario de Noches blancas después de pasar unas noches con Nástenka. El objetivo de Hesse y Dostoievski no es en ningún caso demonizar o rechazar la soledad, antes al contrario, ambos la consideran fundamental en sus vidas. Empero, creen necesario advertir que la vida no solo se encuentra en la soledad de cuatro paredes, sino que también es imprescindible salir de vez en cuando a la superficie, porque también allí nos espera la levedad y otras tantas cosas cuyas vivencias se encuentran intrínsecamente en la acción y no en el pensamiento, como es el caso del amor. Hesse, quien escribía sus obras principalmente para él, hablando de él mismo y de las lecciones que había aprendido en su vida, anima al lector solitario a que aprenda a reír y no tomar tan en serio las cosas. No todo se encuentra en la compañía ni todo se encuentra en la soledad: la clave está en saber aprender de ambas, no ser preso de ninguna, y aunque ello no se consigue de la noche a la mañana, lo importante es tenerlo en cuenta. Asimismo, el equilibrio no responde a criterios cuantitativos, pues siempre se deberá ser fiel a la naturaleza de uno mismo y aplicar las dosis necesarias correspondientes para poder vivir de manera sana cada experiencia.